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En el año 2021, reunidos varios amigos españoles y cubanos, hablábamos de cuál sería la mejor manera de ayudar al pueblo cubano, ante la situación de extrema necesidad que está pasando la isla en estos momentos, priorizando los niños y ancianos. Por unanimidad se decide crear una ONG, con fines humanitarios y sin afán lucrativo, para ofrecer la ayuda necesaria. De esta manera nace la asociación “Alas Solidarias con Cuba”, el 15 de septiembre de 2021, y de inmediato entre todos enviamos una primera donación de medicamentos para la ciudad de Santiago de Cuba.
Alas Solidarias con Cuba, brinda ayuda al pueblo cubano, especialmente a las personas en riesgo de exclusión social, apoyando en escuelas-taller para el aprendizaje de oficios, centros de artes manuales (costura, tejido, bordados, etc.), espacios para manifestaciones de artes y culturales, parques polideportivos, entre otros. Para lograr orientar, formar y acompañar a las personas que necesitan mejorar su situación laboral en capacidad, empleabilidad e integración social.
La Organización No Gubernamental, y dentro de las normas complementarias, dona al pueblo cubano recursos de segunda mano, donado, además, por socios, colaboradores y personas afines con la ONG, para ayudar a solventar la escasez de todo tipo de productos que presenta Cuba en estos momentos. Es deber ayudar a los seres humanos vulnerables.
En el entorno que vivimos y, debido a la falta de recursos, pandemias, catástrofes, etc. deja a muchas personas vulnerables en Cuba. La Asociación, tiene como uno de sus objetivos, crear proyectos de colaboración económica y técnica, a favor de las comunidades vulnerables, apoyando el mejoramiento de habitabilidad de sus viviendas, con materiales de construcción y otros, necesarios tras el paso de los frecuentes huracanes, como el pasado huracán “Sandy”, del cual, sobre todo el oriente de la isla, no se han recuperado aún.
Conocernos en Cuba en el año 1959, fue algo maravilloso y obra de Dios, éramos jóvenes, llenos de ilusiones y esperanzas, la vida tomó su rumbo, tú, te marchaste a España, tierra natal y yo quedé con tristeza en mi corazón, pero con el sueño de volverte a ver.
Pasaron los años y también me fui a España con mi madre, y siempre con ese frio dentro del estómago y miles de preguntas cuando nos volviéramos a reencontrar. Dios siempre tiene la última palabra de nuestro destino. Un día inesperado eso sucedió, y no hubo palabra que decir, ya sabíamos que éramos el uno para el otro, tanta emoción, los latidos de mi corazón se escuchaban sin mucho esfuerzo, y entonces…me pediste casarnos.
Salimos de Cuba, pero nunca Cuba sale de nosotros….
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